Aquel que hicimos, cuando nos conocimos.
Un pacto que cubrió el cielo y revolvió las profundidades del mar. Un compromiso de amor, donde las promesas eran más que eso, son confianza, lealtad y plenitud. Donde el fallar no significa romper ni desfallecer, sino, volver a empezar...
Nunca más, nada seria igual, al dejar aquel lugar; donde guardamos nuestras promesas, nuestros corazones junto con nuestros sueños.
Un Pacto, que es irrompible por ser del corazón, del alma, de lo que hay en nuestro interior
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario