Simplemente llegó, apareció como lo que es... Un ángel.
Pero no tenía alas grandes ni vestiduras blancas, no resplandecía pero su misión venia a cumplir; borrar la melancolía y la tristeza de un corazón, ese corazón marchito por el dolor causado de una vida maldita, no era fácil la labor; más para él no había mejor misión, amaba ese corazón y sufría cada vez que lo veía derramar lagrimas de sangre por cada desamor vivido.
Allí estaba delante de ella, impávido sonriente de temor, ese temor tonto que se siente cuando vez el amor. Quería abrazarle, besarle pero no podía, su condición no se lo permitía...Sufría ahora él. Pero este sufrimiento no le importaba porque ella al verle cambio sus lagrimas por sonrisa, su llanto se convirtió en carcajada, su soledad desapareció y la convirtió en un abrazo, un abrazo lleno de ternura y amor... Pobre ángel en ese momento entendió que su corazón la amaba y que aquello que vino a sanar lo lastimaría al marchar. Tendría que irse en silencio pero antes le regalo los mejores momentos, la hizo feliz, le amo. Y así como llego, sin avisar, así se marcho.
Ángel sin alas grandes ni vestiduras blancas, Un ángel que solo resplandeció en su corazón.
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