Días que pasaban sin dejar mucho, días que empezaban y terminaban en la misma soledad. Oscar veia pasar las horas como veia pasar personas junto a el sin poder encontrar en ellas a esa bella mujer que lo tenia enamorado, que se había robado su corazón en silencio.
La noche llegaba, ya era hora de marcharse a casa con el sabor amargo de no haber podido decirle cuanta la amaba.
Cada mañana Oscar esperaba verla desde su ventana, pero ella no llegaba. Así pasaron días y semanas sin poder verla, sin saber de ella: Se preguntaba que le habria sucedio que la llevo a ausentarse por tantos días de aquel lugar...
jueves, 16 de octubre de 2008
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