Esa mirada que penetra y desnuda el alma,
Esos besos que queman y la sed calman,
Es el roce que estremece y hace temblar nuestro lecho,
Como no desear sentir ese cuerpo y poseerlo,
disfrutar cada caricia y cada beso.
Imposible no querer vivir este encuentro
donde nada está dicho, solo se vive el momento,
entre la lujuria y el mas desenfrenado deseo;
escondidos como fugitivos nos entregamos en silencio,
al disfrute de este mágico sueño.
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